Transitan descalzos por montañas azules, en cuyas
laderas algunas estrías de espuma acaban doblegándose a ser nube. Ellos
descansan de su viaje milenario en las orillas de estos lagos celestiales, y se
abstraen mirando el reflejo de la tierra. Les inquieta esa imagen que navega,
atropellada o prudente, según el viento. Pero siguen contemplando ese
rudimentario y misterioso cuadro. Hay rebaños de peces, bancos de pájaros,
árboles resumidos en sus copas, casillas grises que conforman azoteas y cabezas
que caminan deprisa por senderos de asfalto. Un mundo plano. Una existencia
menor. Cuando se aburren, juegan a posar uno de sus dedos en la superficie,
formando nimbos en ese espejo de algodón, y se desencadenan mareas, oleajes,
tempestades, hasta que la nube, molesta, decide llover. Entonces crecen bajo
las copas, ramas, troncos, raíces. Bajo las cabezas, cuerpos, brazos, piernas.
Y ellos ríen y festejan y enloquecen porque han dotado al cuadro de una tercera
dimensión. Algunos, en un alegre pero torpe baile, tropiezan con un mendrugo de
lluvia y caen dentro de la nube, ahogándose en la cloaca del tiempo, en un
viaje telúrico. Se incorporarán a ese mundo, y en las melancólicas tardes de
octubre, pasearán por los parques llenos de niños, se abstraerán mirando el
reflejo del cielo en un estanque, y creerán oír, en el temblor de sus aguas, el
rastro de sus nombres primigenios. Y reirán y festejarán y enloquecerán. Y en
un traspié premeditado caerán dentro, ahogándose en la alcantarilla del tiempo,
en un viaje seráfico.
Dalinismo en letras.
ResponderEliminarQué pieza, chica, qué bueno que traduces a esos pequeños seres que te habitan. Me gusta la imagen de posar uno de sus dedos en la superficie formando nimbos, y el mendrugo de lluvia.
ResponderEliminarExcelente, mi querida amiga.
No diré lo que luego dirá el payaso, cuando llegue por aquí.
Abrazos
Da gustito perderse en tus palabras Ángeles...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Bájese, mi querida ángel anónima... que no llegamos.
ResponderEliminarSúblime. Con acento en la u.
Pd: ¿era eso, Anita?
Qué chulo te quedó, Ángeles! Qué gusto leerte!
ResponderEliminarQué abstracción de poesía.
ResponderEliminarSaludos.
Algunos, en un alegre pero torpe baile, tropiezan con un mendrugo de lluvia y caen dentro de la nube, ahogándose en la cloaca del tiempo
ResponderEliminarÍntimo, surgido desde las entrañas. Muy bueno.
MUy BUeno..!!!!! Me he quedado por aca te invito a que me visites. Un calido saludo.
ResponderEliminarHola, ángeles.
ResponderEliminarInaugurás el texto con "estrías de espuma acaban doblegándose a ser nube" fuá no dejo de admirarme realmente de tu trabajo con la palabra y coincido con Anita en las mismas metáforas.
Una prosa virtuosa y con estilo propio y eso ciertamente no abunda, no y menos en blogs.
Un disfrute leer.
Saludos van.
San Montelpare